El País

La tía de Arancha Palomino y Luis Lorenzo no murió envenenada, según la autopsia ordenada por el juez del caso

Patricia Ortega Dolz

9 minutes


Ha pasado algo más de un año desde que los agentes de la sección de homicidios de la Guardia Civil de Madrid detuvieron en su casa de Arganda del Rey (Madrid) al actor Luis Lorenzo y a su esposa, Arancha Palomino, acusados de haber asesinado a la tía de esta última, María Isabel Suárez Arias, de 85 años, que había fallecido en casa del matrimonio el 28 de junio de 2021. Según los investigadores, que se basaron en un primer estudio forense realizado por la denuncia de un hermano de la fallecida, la habían envenenado supuestamente con metales pesados (cadmio y manganeso) para hacerse con buena parte de su herencia. Lorenzo y Palomino, que tienen un hijo de siete años, defendieron su inocencia desde el primer momento, convencidos de que “tenía que ser un error”. Ahora, una última autopsia solicitada por la Fiscalía y ordenada por el juez que instruye el caso concluye que no hubo envenenamiento y que tampoco puede demostrarse intoxicación debida a otros medicamentos que consumía la anciana. El abogado del matrimonio ha solicitado ya el archivo de la causa: “Se viene a solicitar el sobreseimiento libre y archivo de las presentes actuaciones, al amparo del Art. 637. 1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, dado que no existen indicios racionales de haberse perpetrado los hechos que han dado motivo a la formación de la causa”, dice en su escrito. .

“No existen datos objetivos de intoxicación aguda por cadmio y manganeso“, aseveran los forenses Teresa Agüero Asensi y Javier Díaz Fernández en su informe, de 18 folios y que tuvo entrada en el juzgado de Arganda el día 23. Y explican: “La médico forense que realizó la autopsia [la primera] llegó a la conclusión de intoxicación aguda por metales pesados (cadmio y manganeso) teniendo en cuenta únicamente los resultados obtenidos de la muestra de sangre, cuyos valores de referencia han sido establecidos para adultos vivos”.

Y añaden: “Los resultados toxicológicos obtenidos en la muestra de sangre postmortem, con altos niveles de cadmio y manganeso, podrían deberse a que los resultados postmortem varían con respecto a la ubicación del muestreo y el intervalo entre la muerte y la toma de muestras; y a los fenómenos de difusión postmortem y redistribución [de esos metales]”. Además, los forenses hacen referencia “a lo que se refieren algunos investigadores, que indican que el contenido de metales alterados en un estudio postmortem no debería ser utilizado como único indicador diagnóstico ante un caso de intoxicación”.

En relación al posible maltrato, también descrito en los informes de la Guardia Civil mediante las declaraciones de testigos (vecinos, conocidos, familiares...), el informe de los forenses señala: “Solo se observan lesiones físicas compatibles con una caída y acordes a los antecedentes patológicos (caídas a repetición)”. Y respecto a una ingesta inapropiada de medicamentos, advierte de que “se encuentran en concentraciones terapéuticas” o de que “no son de suficiente entidad para justificar la causa de la muerte”. Los forenses reconocen, no obstante, que no pueden determinar la causa exacta del fallecimiento “debido a los escasos estudios realizados”.

Durante meses, las filtraciones de los informes policiales y forenses, convirtieron en sospechosos de asesinato a Luis Lorenzo y a su pareja, en libertad provisional desde entonces, con sus cuentas embargadas, sus pasaportes retirados y teniendo que presentarse periódicamente en el juzgado. Sin embargo, a medida que avanzaba la investigación judicial, el caso se desinflaba, ante las declaraciones y advertencias de los peritos y expertos, que ya advertían de una posible interpretación errónea de la primera autopsia, la principal base de los investigadores para su acusación.

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“A la vista de lo avanzada de la investigación, los indicios de criminalidad resultan cada vez menos sólidos”, decía el último auto del juez instructor de abril, en el que rebajaba las medidas cautelares impuestas al matrimonio. Para entonces, los informes forenses posteriores y las declaraciones de expertos forenses y científicos se inclinaban ya por la tesis de que las altas dosis de cadmio y manganeso halladas en el cuerpo de Isabel Suárez Arias tuvieran su origen en un proceso químico y natural asociado a algunas muertes. En su auto, el juez ya mostraba que la carga criminal era cada vez más endeble.

“Se ha devuelto el honor a mi familia”

“Por fin ha salido la verdad. Una vez más, la justicia se equivocaba, pero el Universo coloca a cada persona en su sitio. Gracias a los médicos y a la Ciencia, ellos sí han realizado bien su trabajo y le han devuelto el honor a mi familia”, decía Lorenzo tras conocer el informe. Queda por ver si el actor y su cónyuge se querellarán contra quienes realizaron una investigación y una acusación sin consistencia científica, pero que a ellos les ha supuesto un grave daño personal y profesional a lo largo de todo un año. “Se ha intentado elevar el chisme y el chascarrillo a la categoría de prueba, hasta tal punto de que una testigo calificó de “víbora” a mi clienta, bajo el peregrino argumento de que le cayó mal desde que abrió la puerta”, dice la defensa en su escrito de solicitud de archivo en alusión a los testimonios recogidos por los agentes y posteriormente filtrados a la prensa.

“Durante un año mis defendidos se han vistos sometidos al escarnio público en el que su vida familiar y su prestigio social han quedado destrozados”, señala el escrito de la defensa. “Especialmente han sufrido los hijos de mis defendidos, quienes carentes de toda responsabilidad se han visto abocados de manera injusta e injustificada a sufrir junto con sus padres la maledicencia, teniendo que llegar a cambiar de colegio y de rutinas de vida”, advierte. Y recuerda: “No menor está siendo el daño económico, pues sus ahorros se encuentran consignados en el juzgado y las posibilidades laborales truncadas, viviendo del poco dinero que se les ha entregado y de las ayudas que buenamente han podido conseguir”.

En su escrito de solicitud de archivo, la defensa de la pareja señala, con respecto al último estudio de los forenses que “se trata de un informe objetivo y riguroso que de manera científica desgrana las causas por las cuales resulta imposible la existencia de una etiología homicida en el fallecimiento de María Isabel Suárez Arias. Entendemos que el informe forense resulta incontestable e irrefutable, no albergando los médicos forenses ninguna duda sus conclusiones médicas”. Además, agrega: “A lo largo de la instrucción se ha ido preguntando (sin precisar jamás que otro delito era objeto de investigación) por una presunta mala atención de mis defendidos con respecto a la fallecida. A este respecto el informe médico también resulta claro, preciso y contundente cuando dice que “Existen datos objetivos que reflejan que hubo un buen seguimiento facultativo de esas patologías, así como un buen seguimiento de las pautas farmacológicas”. Y concluye: “Por lo tanto, no hay ninguna prueba médica o científica que sostenga la existencia de una situación de posible abandono o desatención”.

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